¿Alguien se dejó el televisor encendido en la otra punta del universo? No lo sabemos. No tenemos ni idea de quién o qué transmitió la ráfaga de señal de radio que recibimos.
Según el artículo publicado en Nature, los investigadores del California Institute of Technology han rastreado una ráfaga de señal de radio hasta su origen a 8 mil millones de años luz.
Ráfaga rápida de radio (FRB)
Una ráfaga rápida de radio, o fast radio burst en inglés, es un fenómeno astronómico de origen desconocido actualmente. Se define como un pulso de radio muy rápido que dura solo unos milisegundos, causado por un proceso astrofísico de alta energía que aún no se entiende.
Aunque tienen mucha energía donde se originan, la señal que llega a la Tierra tiene una potencia 1000 veces menor que la señal de un móvil que llega actualmente a la Luna. Por lo que cuesta mucho de detectar.
El primero a descubrir FRB fue Duncan Lorimer y su estudiante David Narkevic en 2007 mientras analizaban datos de archivos de púlsares y estallidos de rayos gamma. Por eso, se refiere comúnmente a estas ráfagas como ráfagas Lorimer.
Una ráfaga de radio rápida que se repite es mucho más fácil de detectar que una señal única
Ya se han detectado muchas ráfagas rápidas de radio, aunque normalmente se detectan las que se van repitiendo, pues son más fáciles de rastrear.
Hasta ahora se habían rastreado ráfagas a una distancia de 1.5 mil millones años luz. La peculiaridad de este nuevo descubrimiento es que se trata de una única ráfaga rápida de radio, que no se repite, y se encuentra aún más lejos.